Universidad Autónoma de Aguascalientes

PDF | 93 | Hace 2 meses | 11 octubre, 2024

Dra. en Admón. Sandra Yesenia Pinzón Castro

En el marco del XII Congreso de Ciencias Empresariales, que se llevó a cabo esta semana en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, tuve la oportunidad de dirigir un mensaje a sus participantes. Hoy lo comparto también con ustedes, esperando que, dada la vigencia del tema de fondo, el texto sea de su interés y utilidad:

Se dice que, en lo referente a la interpretación del mundo, hay dos tipos de personalidades: las que al tener un vaso de agua a la mitad lo ven medio lleno y las que se inclinan a verlo medio vacío. Yo creo que, en realidad, todos en algún momento hemos optado por una u otra perspectiva, dependiendo del estado anímico por el que estemos atravesando.

De cualquier forma, lo cierto es que muchas de las más grandes empresas, fortunas e historias de éxito se han construido desde la adversidad, o al menos desde una situación donde sus protagonistas estaban fuera de su zona de confort. Y si lograron algo verdaderamente grande, fue justo porque convirtieron el problema o la crisis que enfrentaban en una oportunidad.

En los últimos años, nos ha tocado enfrentarnos a una revolución tan grande en el mundo de las tecnologías, que ha obligado a diversos sectores y a muchísimas empresas y personas a replantearse su quehacer profesional y sus estrategias de sobrevivencia.

Hubo quienes se negaron a ver los cambios que se avecinaban, como sucedió con Blockbuster, y acabaron por ahogarse aferrados al pasado. Hubo también quienes se atrevieron a innovar y lograron subirse a la cresta de esta ola de cambios: casos como los de Amazon, los de las plataformas de streaming o los de aplicaciones de movilidad y envío de comida a domicilio son ejemplos paradigmáticos al respecto. Lo mismo podríamos decir de las fortunas que han hecho grandes financieros, como Warren Buffet, que han sabido convertir las crisis económicas en inmejorables oportunidades de inversión.

En el mundo empresarial hay muchos ejemplos positivos y negativos que nos pueden mostrar lo que significa congelarse en el pesimismo o aferrarse a una zona de confort, y también lo que significa adaptarse, poner manos a la obra y sacar el mejor provecho del contexto que toque vivir, cualquiera que este sea. En nuestro caso, estos ejemplos pueden ser inestimables como material de donde estudiantes y profesionistas de diversas áreas pueden extraer lecciones importantes. Si los menciono ahora, en un contexto que nos tiene inmersos en la revolución de las inteligencias artificiales y otras formas de innovación y reajustes coyunturales, es porque funcionan en sí mismos como posibles fuentes de aprendizaje.

Las inteligencias artificiales, las tecnologías disruptivas, los ajustes en normativas y leyes y el surgimiento de nuevas ideas e ideologías, por mencionar algunas de las cosas que estamos viviendo en el mundo, no son de suyo algo definitivamente negativo o positivo, y esto es porque cualquier situación o coyuntura donde tengamos capacidad de intervención o de decisión, aunque sea en un ámbito muy pequeño, será buena o mala dependiendo -en gran medida- de la manera en que sepamos abordarla.

Dicho lo anterior, quiero invitar sobre todo a las y los estudiantes a que no pierdan su capacidad de adaptación, su creatividad y sus ganas de comerse el mundo: innoven, crean en ustedes mismos y trabajen con disciplina y pasión para alcanzar sus metas, y van a ver que no habrá reto que les quede grande, ni vaso que les parezca medio vacío.