Universidad Autónoma de Aguascalientes

¡Buen viaje, maestro!

gaceta uaa

COLABORACIÓN | LLH. José Luis González Sandoval, egresado de la UAA.

“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, Miguel de Cervantes

Desocupado lector, según la definición del diccionario de la Real Académica Española (RAE), la palabra “maestro” se refiere a aquella persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene un título para hacerlo, más aún. Si profundizamos un poco más en su significado, podemos decir que un “maestro” es aquella persona que de manera profesional posee una gran experiencia o sabiduría sobre lo que enseña y transmite a sus alumnos, a sus discípulos.
Pues bien, en este sentido y en todo el contexto que la palabra engloba, podemos hablar de nuestro querido maestro Felipe San José González, quien fuera entre otros muchos aspectos, un pilar en el dominio de la literatura, la lengua y la palabra.

De su trayectoria podemos mencionar que fue miembro del Instituto Cervantes, de la Academia Cervantina Internacional, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua y miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, de la Asociación de Lingüística y
Filología de América Latina, así como un destacado declamador y comentarista de literatura gallega en diversas radiodifusoras. Pocos recordarán aquel programa de televisión titulado Sopa de letras transmitido durante los años ochenta por el canal 13 de la televisión mexicana, en el que junto a Jorge Saldaña y otras grandes personalidades del ámbito literario y de la lengua, como don Ernesto de la Peña o Arrigo Coen, compartía las tertulias acerca del correcto uso de las palabras y por ende, de su origen y aplicación en la lengua española.

Baste también recordar aquella sección titulada Enriquezca su vocabulario, publicada en la revista Selecciones del Reader’s Digest, en la que mes con mes el maestro Felipe San José escribía de manera breve pero magistral, el significado de las palabras.

 

De sus clases en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, particularmente en la Licenciatura en Letras Hispánicas, lo recuerdo con aquel misticismo de los grandes profesores que caminan por los pasillos y los jardines, lleno de serenidad, humanismo y autoridad.

Sólo bastaba un libro en la mano, un gis y un borrador, para que el maestro Felipe llegara al salón para deleitarnos con sus clases de literatura ya fuera española, medieval o mexicana. Entre pasajes literarios nos transportaba a la España de Rodrigo Díaz de Vivar para vivir las majestuosas batallas que
tenía junto a sus emblemáticas “Tizona” y “Colada”; o del viejo Hidalgo y de su fiel Sancho acompañados del galgo corredor Rocinante; o las aventuras y andanzas del Arcipreste de Hita o del ya conocido Amadís de Gaula y de todo aquel abanico de caballeros medievales que surcan aún a pesar del tiempo, las páginas de los libros que hoy en día se consideran clásicos de la literatura mundial.

Ya fuera en algún lugar de la mancha o de los exquisitos poemas de El fénix de los ingenios de Lope de Vega, o de los juglares, o de los complejos personajes shakespirianos; el maestro Felipe San José nos narraba, leía y enfatizaba cómo se usaba y cómo se construía el lenguaje a través de la literatura. Sin duda, dominaba la enseñanza y lograba transportar a sus alumnos en el buen entendimiento de lo que la fuerza de las palabras
poseen y transmiten; dicho en otras palabras, el maestro Felipe San José aportaba una visión atemporal de la importancia de la lengua y la literatura.

Sirvan pues, estas brevísimas líneas para recordarlo no sólo como uno de los fundadores de la Licenciatura en Letras Hispánicas, o como el conductor de televisión, el narrador, el  escritor, el lector insaciable o como miembro de destacadas academias nacionales e internacionales; sino como al
magnífico ser humano y erudito de las letras que, con su humanismo, bondad, inteligencia, paciencia y amor por la palabra, formó a decenas de generaciones de jóvenes que tuvieron la fortuna de aprender de él.

Buen viaje, querido maestro, desde estas sus tierras hidrocálidas, le agradecemos y lo recordaremos con admiración y cariño entrañable. Su alumno, José Luis González Sandoval.