Universidad Autónoma de Aguascalientes

El diálogo como herramienta para la Cultura de Paz

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El diálogo implica mucho más que un simple intercambio de ideas, no es una conversación, es una herramienta para lograr la paz. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) enmarca al diálogo como un medio para movilizar los esfuerzos de la comunidad internacional para promover la paz y la confianza entre las naciones sobre la base, entre otras cosas, del diálogo político, las negociaciones, el entendimiento mutuo y la cooperación, a fin de lograr una paz, una solidaridad y una armonía sostenibles ante el panorama mundial que ha provocado el desplazamiento de millones de personas a causa de conflictos bélicos, violencia, pobreza y fenómenos climáticos, y con la firme convicción de que el diálogo inclusivo es fundamental en la cultura de paz.

Por esta razón, la ONU proclamó este 2023 como el Año Internacional del Diálogo como Garantía de Paz. Aguascalientes está lejos de conflictos bélicos de grandes magnitudes pero muy cercano a situaciones de violencia, diversas violencias, que vulneran los derechos humanos de todas las personas: desde el discurso de odio, el ciberbullying o comentarios ofensivos en redes sociales, la polarización de opiniones que divide a las personas, la desinformación, el acoso u hostigamiento en todos los contextos de nuestra vida… Al final de cuentas cualquier conflicto demanda un diálogo inclusivo, útil, activo  y responsable.

El doctor Gustavo Muñoz Abundez, académico del Departamento de Educación del Centro de Ciencias Sociales y Humanidades, señala que el diálogo es una herramienta poderosa para construir realidades. Explica que desde el punto de vista de la construcción de la paz, el diálogo permite acercarnos al otro, a la realidad del otro, pues  solamente cuando nosotros nos acercamos a la realidad del otro podemos ejercer competencias para convivir, ser empáticos, entender la cosmovisión del otro, interpretar la realidad, procesar los conflictos y darnos cuenta cómo se reciben los mensajes que el mundo y las otras personas le mandan a través de los distintos medios que se tienen al alcance.

En este sentido, es necesario desarrollar habilidades y conocimientos para aprender a dialogar con los demás; propiciar diálogos constructivos:

  • Escucha activa para conocer el contexto del otro. Esto implica que no solo debemos poner atención a lo que las personas dicen en términos literales sino que debemos estar atentos a todo el contexto de las personas, la situación que viven, las reacciones o los sentimientos que van expresando. El académico Muñoz Abundez pone como ejemplo los mensajes de texto que en ocasiones nos parecen ofensivos porque no conocemos el contexto o la entonación de las personas cuando nos están enviando ese mensaje. “No estamos acostumbrados a escuchar a las personas de manera activa, y esa es una habilidad que hemos descuidado”.

 

  • Entender y reconocer que todos vemos la realidad desde diferentes perspectivas. En un diálogo también es fundamental estar dispuestos a considerar que la manera en que cada uno entiende o comunica las cosas, no es necesariamente la única o la mejor manera de hacerlo. “Muchas veces no estamos dispuestos o negamos en automático que alguien pueda tener razón por el simple hecho de que no está de acuerdo con nosotros; y esas son habilidades que tienen que ver con nuestra capacidad de comprender al otro desde el punto de vista racional y emocional”.

 

  • Observar a las personas e identificar sus emociones y sentimientos. Cuando una persona nos está diciendo algo, recibimos mucha otra información adicional que nos sitúa en una posición más favorable para el diálogo en el que podamos conocer la realidad del otro.

 

  • Retroalimentación inmediata. Uno de los grandes problemas de las redes sociales es que no tenemos una retroalimentación inmediata, es decir, no somos conscientes del efecto que tienen nuestras palabras en las demás personas. Sobre esto, el doctor Gustavo Muñoz Abundez explicó que en ocasiones utilizamos palabras sin la intención de dañar o incomodar, pero no sabemos o no vemos cómo esas personas reciben nuestros mensajes, entonces eso puede llegar a generar una dinámica de tensión innecesaria. Por otra parte, existen mensajes o palabras que sí se escriben con la intención de perjudicar y tampoco logramos ver el daño que causa esa agresión, “quizá a nosotros nos hace sentir bien, pero no vemos el dolor que provoca a la otra personas; y uno va por la vida pensando que mis comentarios son eficientes y efectivos porque lograron mi objetivo pero no somos conscientes del daño”.  Subrayó que esas interacciones en las plataformas digitales no pueden considerarse un diálogo, a menos que nos demos cuenta de las limitaciones  que tienen las redes sociales y tengamos en cuenta todas estas condiciones para propiciar diálogos constructivos.

 

 

Aunado a lo anterior, el doctor Carlos Arteaga López, académico del Departamento de Educación, menciona que hablar de cultura de paz es complicado porque por lo general siempre se refieren a la paz como el momento en donde no hay guerras; pero el diálogo útil, bien llevado y gestionado ayuda a la resolución de conflictos, además de ser una práctica constante a favor de la paz. “La cultura de paz requiere de mucho aprendizaje, desarrollar técnicas y estrategias y ponerlas en práctica para escuchar al otro, para perdonar, para reconciliarse y para garantizar la igualdad entre las personas”. También menciona que el diálogo es fundamental y necesario para revisar protocolos, las nuevas formas de comunicación y de violencia como el ciberbullying o la desinformación; siempre tomando en cuenta los derechos de todas las personas, principalmente de las infancias y los adolescentes.

La cultura de paz se debe trabajar todos los días, ya que podemos definir valores como la tolerancia, la libertad, la igualdad o la mediación de las ideas, pero si no los llevamos a la práctica  difícilmente se podrán implementar estrategias para ejercitar esos valores, reconocerlos y respetarlos.  Arteaga López explicó que debemos comenzar a integrar la cultura de paz de manera transversal en todos los contenidos y en todos los niveles educativos para que desde niños se puedan reconocer estos valores, porque eso es lo que nos está fallando en la actualidad: sabemos qué es la tolerancia pero no la ponemos en práctica. “La cultura de paz te encamina a recuperar o a mantener tu dignidad”.

Por lo tanto, un diálogo intencionado, bien encaminado y constante permite reflexionar sobre diversos aspectos presentes en la vida diaria y contribuir a establecer la cultura de paz; ya que en el momento en el que pueda surgir algo que tambalea las relaciones personales se eche mano de esas habilidades para manejar cualquier conflicto.

 

El 6 de diciembre de 2022, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas proclamó al 2023 como el Año Internacional del Diálogo como Garantía de Paz con el propósito incentivar la colaboración entre las  naciones para el entendimiento mutuo, la resolución de conflictos y el establecimiento de acuerdos razonables que permitan alcanzar la paz. Conoce la resolución completa en este enlace.

 

El conflicto: presente en la naturaleza del ser humano

Es importante considerar que el conflicto forma parte del ser humano, sería ingenuo pensar que vamos a vivir en un ambiente de paz sin conflictos, estos pueden llegar a ser positivos si se saben canalizar pues cada uno tiene distintas maneras de definirse, enfrentarse, procesarse y resolverse. Es ahí donde el diálogo, expone el doctor Gustavo Muñoz Abundez, tiene un rol importante para generar formas no violentas para la resolución; “esa es una de las grandes aportaciones de nuestra capacidad dialógica, debemos desarrollarla todas las personas y en la universidad estimularla entre los estudiantes”.

El doctor Carlos Arteaga López coincide en que el conflicto es una oportunidad para crecer. Se refirió a autores que mencionan que un conflicto mal gestionado sí puede llegar a convertirse en un problema; un conflicto puede ser sano en el sentido de que expresa dos o más puntos de vista en los que dos o más personas o grupos tendrán que explicar para llegar a una solución o conclusión. “El conflicto en la cultura de paz es útil siempre y cuando sea bien gestionado para que no genere  problemáticas que luego ya no se pueden resolver, o sean más difícil de resolver. Un conflicto no se gana, sino que un conflicto llega a situaciones de aprendizaje”, puntualizó.