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El sarampión, la gripe española, la peste o el sida son pandemias que han cobrado la vida de millones de personas a lo largo de la historia de la humanidad, las cuales han derivado en efectos políticos, sociales y económicos. El nuevo coronavirus (COVID-19) también tendrá las mismas
consecuencias que pueden llegar a complicar la vida de las naciones en menor o mayor medida, sin embargo los miedos y las inseguridades también se hacen presentes entre la población, y los mexicanos tenemos una forma muy particular de afrontarlos.
Al respecto, el doctor Rodrigo Alejandro de la O Torres, académico del Departamento de Historia, mencionó que los estudios sobre la historia de las epidemias han revelado el impacto de distintas enfermedades sobre la humanidad en diferentes sentidos, para identificar el tipo, la sintomatología, las formas de contagio o las acciones para prevenir el padecimiento; así como las afectaciones económicas, sociales, políticas y culturales, las cuales
permiten entender la forma en que la humanidad asume y enfrenta estas experiencias.
Comentó que los mexicanos tenemos que pensar con un sentido del conocimiento técnico, de las reglas fundamentales y recomendaciones médicas básicas de prevención; aunque por otro lado “nos enfrentamos a la imaginación y a todo aquello que percibimos en función de nuestro bagaje cultural”. Los memes, las bromas, la manera en que consumimos la información, cuál es cierta y cuál no, hasta los tutoriales o remedios caseros que circulan en internet para vencer el coronavirus; sólo revelan el modo en que estamos tratando de paliar nuestra inseguridad, así como la de disminuir los miedos y temores ante este virus.
La percepción de inseguridad que tenemos nos hace ver en los demás una amenaza o un obstáculo para nuestro propio bienestar y seguridad, por lo que “el intento de ser racionales se pierde, se minimiza o se diluye, poniendo en tela de juicio las decisiones que se toman, la información o los comentarios al respecto”. Rodrigo Alejandro de la O Torres dijo que en estos momentos se deben vencer las inseguridades, no acudiendo a desabastecer los supermercados, por el contrario, es prioritario ser conscientes, verificar la información y confiar en los expertos.
La memoria histórica que dejó el AH1N1, recordó, sirve de experiencia para tener las mismas medidas de precaución personales y familiares, y hacernos conscientes de nuestros propios miedos. Los miedos colectivos nos permiten observar las dinámicas sociales, la historia de las epidemias indica que ésta es una más y con toda seguridad vendrán otras.
La presencia de crisis epidemiológicas cada cierto periodo de años, no se trata de ciclos místicos ni predictivos, sino de las condiciones en las que la sociedad está inmersa, es decir la estructura socioeconómica y medioambiental en la cual desarrollamos nuestra vida cotidiana. Las etapas históricas
permiten comprender la conexión entre varios procesos, por ejemplo, epidemias como la diabetes o la obesidad existentes en México están relacionadas con los estilos de vida, la reducción de tareas físicas, el esfuerzo o el estrés que causa la forma de hacer nuestra vida. O bien, situaciones como las que se viven en países de África o América Latina, donde hay enfermedades como el cólera, el dengue o el sarampión, que en países del primer mundo ya están erradicadas. Estas epidemias están totalmente relacionadas con los fenómenos bioclimáticos, como el mosquito del dengue que está llegando a lugares donde se supone no se daba por el clima.
Las epidemias nos permiten identificar cómo las sociedades reaccionan. En este caso el tema del coronavirus ha evidenciado algunas muestras muy particulares que nos remiten a miedos colectivos y la forma en que consumimos la información disponible en las redes sociales; esto es muy importante porque dan muestra de cómo enfrentamos la pandemia. Lo anterior se puede llegar a entender e incluso comprender, pero debemos tomarnos con más seriedad el tema, en cuanto a qué podemos hacer para vernos afectados lo menos posible y cómo cada grupo social lo afrontará de
acuerdo a sus posibilidades.
El miedo es un mecanismo que nos ayuda a justificar la acción o la inacción: hacer compras de pánico y contribuir al desabastecimiento de insumos, atender o no las medidas de prevención impuestas. Definitivamente, las condiciones sociales y económicas son muy distintas en México respecto
a los países de Asia o Europa, lo cual representa un grave problema, ya que el coronavirus sólo pone en evidencia las desigualdades sociales o las brechas materiales. Esta pandemia nos muestra la realidad de México y la preocupación de la población ante la posibilidad de quedarse sin ingresos por una emergencia sanitaria nacional.