Universidad Autónoma de Aguascalientes

Colaboración | Enrique Luján Salazar, jefe del Departamento de Filosofía, enrique.lujan@edu.uaa.mx

 

Ahora que el ejercicio físico se ha puesto de moda y debajo de cada piedra encontramos un GYM para fortalecer el cuerpo y desarrollar musculatura, que las tiendas deportivas han proliferado en todo lugar y se han especializado entrenadores para orientar qué ejercicios realizar, cómo superar los problemas de acondicionamiento físico o el orden en que se debe entrenar. Se ha olvidado desarrollar otro aspecto importantísimo de la persona humana, el pensamiento, aspecto que complementa el cuidado del cuerpo.

Esta columna pretende colaborar a subsanar esta falta, a crear una atmósfera a partir de ejemplos de la vida cotidiana y de las ciencias para poder desarrollar nuestro pensamiento tanto en la vía lógica como en la vía imaginativa. Motivar el interés por esta potente capacidad que tenemos de pensar y darnos cuenta de cómo ésta permite forjarnos humanamente, desde la curiosidad natural hasta los más abstractos planteamientos presentados en la investigación científica, cómo facilita también una relación empática y respetuosa con los otros.

En la dirección racional (lógica) del pensamiento tenemos una enorme necesidad actual de analizar problemas, dirimir desacuerdos, evitar la violencia en diferentes ámbitos, que van desde lo individual hasta lo general; desde los pequeños problemas a cuestiones en las que se pone en juego el porvenir de la humanidad. Vivimos una época ya no sólo irracional, sino indiferente al uso de la razón. El trabajo de agilizar nuestra lógica se ve como obsoleto y aburrido, como algo que nos quita tiempo y que exige un esfuerzo mayor al que empleamos en el cuerpo… Se trata de ver cómo usamos los conceptos, cómo nos confundimos a través del lenguaje y cómo salir de las trampas en las que caemos mediante la palabra.

Traeremos a este espacio dilemas, ejercicios que permitan fortalecer nuestro pensamiento, defender nuestros puntos de vista, denunciar las falacias que se cometen en todas partes, desde las charlas entre amigos, hasta en ámbitos económicos, políticos y académicos. Tocaremos temas, cuestiones y problemas de interés para todos, con amplitud de criterio y una dosis de buen humor estableciendo qué hacemos en este mundo y cuál es nuestra función en él. Retaremos la potencia del pensamiento crítico y con ella afianzaremos su funcionamiento.

En la dirección imaginativa, la columna hará énfasis en aquellos momentos, lugares o acontecimientos que pasamos por alto y que nos pueden alimentar estimulando la creatividad y la innovación, tan necesarias en la sociedad de la información y el conocimiento. Éstas son facultades humanas ilimitadas que funcionan como vías para la resolución de problemas sociales, estimulan el ejercicio de la sensibilidad e incitan la práctica artística. Se dará pauta para crear imágenes como maneras de representar el mundo, de acceder a él, así como una manera de aproximarse simbólicamente a problemas sociales y a sus soluciones.

Se trata de incitar a sentir, imaginar y ver nuevamente el mundo, nuestra universidad, nuestro entorno después del encierro al que nos obligó la pandemia. En un medio saturado de imágenes, es una invitación a expandirnos y amplificar nuestras facultades que permitan develar los secretos que resguarda el mundo y que como la Esfinge mitológica nos conminan a resolver los enigmas que nos plantea.

En cada columna se pondrá en juego las capacidades potenciales humanas del pensar e imaginar, para su ejercicio y desarrollo, de tal manera que podamos lograr esa formación integral en la que descubramos una piedra de toque en estos tiempos de penuria y pobreza cultural generalizada.