Universidad Autónoma de Aguascalientes

Ruta 1: Intercambio con destino a España

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COLABORACIÓN | Leticia Rodríguez Martínez, egresada de la Lic. en Turismo, correo: letyrodriguezm@hotmail.com

 

¿Cómo te ves en 10 años? Era una pregunta recurrente que nos hacían los profesores en la época de secundaria, mi respuesta siempre fue: viajando por el mundo.

El primer acercamiento con los viajes fue un libro que tenemos en casa: “Maravillas del mundo”, lo leí tantas veces con la confianza de que algún día iba a estar en esos lugares.

Con el pasar de los años el objetivo seguía presente y aunado al interés de estudiar fuera de México para seguir creciendo en el ámbito profesional, planeaba aplicar para un posgrado al término de la licenciatura, así podría ampliar mi conocimiento y visitar nuevos lugares. Comencé a buscar planes de estudio en universidades foráneas, becas o apoyos por parte de Instituciones nacionales o extranjeras, no fue tarea fácil, me enfrenté con un camino tortuoso de papeleo y burocracia infinita o en el peor de los casos un rotundo, no. Seguí insistiendo.

Tengo una amiga mexicana que vive en Madrid, ella me platicaba sobre el estilo de vida y cultura española, lo que aceleró mi inquietud de estudiar ahí, decidí reducir el campo de búsqueda y concentrarme en España. Además, el hecho de que ella estuviera ahí me reconfortaba, al no sentirme “tan lejos” de mis costumbres.

Después de un par de meses encontré en Barcelona el posgrado a mi medida, se ajustaba a mis intereses y contaba con beca, todo encajaba a la perfección. En abril inicié el trámite para la aceptación en la Universidad, ¿qué podía pasar? ¿Qué la respuesta fuera no?, ya me había pasado antes.

Un mes después llegó a casa una carta membretada (así es, una carta postal) a mi nombre, donde informaban formalmente que había sido seleccionada como aspirante para el posgrado y beca en España, me tenía que presentar en la Embajada Española en la Ciudad de México para una entrevista. No podía estar más feliz, el siguiente paso era decirles a mis padres que probablemente me iba por un año a otro país, a otro continente. Nunca había pasado tanto tiempo fuera de casa y además sola.

Por esos años, trabajaba en hotelería y conocí a una familia de catalanes que pasaba varios meses en México por el trabajo del padre de familia, ellos me proporcionaron más información del costo de vida en Barcelona y me dieron referencias de la Universidad a la que llegaría, el alquiler de alguna habitación, zonas de la ciudad, etc.

Posterior a la entrevista en la embajada, recibí la notificación de aceptación que contenía una cláusula en negritas, cursiva y subrayada (metafóricamente hablando), señalando que tenía que regresar a mi país de origen para aplicar los conocimientos adquiridos y de no hacerlo tendría que pagar la totalidad de la beca, un lujo que no me podía permitir dada mi situación económica.

Formalicé papeleo, Visado de estudiante ante el consulado español, apostilla del Título Universitario, crédito bancario para mis gastos alimenticios que no cubría la beca, el cual fue complicado que me otorgaran porque no tenía historial crediticio, estudios médicos, garantizando mi buen estado de salud y para el mes de octubre ya estaba todo listo para viajar a España.

En el aeropuerto, lista para abordar con una maleta enorme y pesada, llena de ropa, zapatos, artículos de higiene personal y algunas cosas que jamás utilicé, me despedí de mi familia con un nudo en la garganta, con miedos y dudas, pero con tanta ilusión de realizar ese sueño de estudiar fuera de mi país y experimentar lo que sería el primer viaje de muchos.

A mi amiga que vive en Madrid, la vi dos veces durante mi estancia, la familia de catalanes que me dieron consejos, los vi una sola vez y todo lo que me contaron no sirvió de mucho ya que la experiencia es única y se tiene que vivir, no te la puede contar nadie.

Y este fue el inicio de un viaje, que más que un viaje, fue el bicho que me infectó para siempre con el deseo de viajar y conocer nuevas culturas, retando mi capacidad de asombro, viajando a esos lugares del libro que leí una y otra vez.

Espero que, a lo largo de esta Bitácora de Viaje, ustedes me acompañen con la maleta lista para compartir paso a paso de estas experiencias, con el ánimo de motivarlos a viajar y recorrer el mundo.