Universidad Autónoma de Aguascalientes

Un compromiso con la atención, el conocimiento y la imaginación

PDF | 424 | Hace 2 años | 28 abril, 2023

Dra. en Admón. Sandra Yesenia Pinzón Castro

“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”

Emily Dickinson
Hace unos meses hicimos el compromiso de traer de vuelta al bachillerato su tradicional feria del libro, a fin de que las y los jóvenes tuvieran a su alcance actividades desde las que pudieran acercarse a las artes, la cultura y el hábito de la lectura. Con mucho orgullo hace unas semanas -gracias a la iniciativa de las autoridades, administrativos y docentes del Centro de Educación Media- cumplimos nuestra promesa y reinauguramos esa fiesta de la imaginación, la inteligencia y la pluralidad.
Actualmente los libros -impresos y digitales- tienen una ardua competencia con las redes sociales: tik-tok, twitter, Facebook, Instagram o Snapchat, entre otras opciones, se nos ofrecen como fuentes de entretenimiento que producen una satisfacción inmediata a cambio de un mínimo esfuerzo intelectual.
Aunque no dejan de tener sus ventajas estas aplicaciones, sobre todo por la velocidad con la que podemos comunicar ideas breves, sensaciones y memes, lo cierto es que -por la manera en que son utilizadas- no tienen la misma capacidad que tienen los libros de hacernos “viajar lejos”, de expandir nuestra curiosidad y los territorios de la imaginación y el conocimiento.
Los libros han probado a través de los siglos que constituyen un verdadero tesoro para el desarrollo de las sociedades y de las personas. Prácticamente todo nuestro conocimiento y todas las grandes historias (incluso las que vemos en el cine o en las plataformas de streaming) las hemos plasmado en el papel a través de la escritura: libros, libretos, guiones, revistas -científicas o de literatura-; toda la grandeza de las personas y nuestra asombrosa capacidad de descubrir, expandir o reimaginar el mundo está vertida en el papel.
Por supuesto, como todo tesoro verdadero, los libros no entregan las joyas que guardan sin pedir un esfuerzo de nuestra parte: el esfuerzo para abrir el cofre y tomar esa riqueza se llama paciencia y atención…
Ya sé que en esta época, y justo también por las redes sociales, nos cuesta un poco más de trabajo lograr estarnos quietos y concentrados ante las páginas de un libro; pero al intentarlo y superar esos primeros momentos de incomodidad y de esfuerzo por el control mental para evitar distraernos, nos daremos cuenta de que vale la pena, y mucho. No hay viaje más maravilloso que el que se puede lograr cuando nuestra mente

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se sumerge en un libro y es capaz de disfrutarlo a fondo. Siempre saldremos de ahí con más ideas, más conocimiento y una imaginación fuerte y activa…
Por eso no puedo sentir menos que satisfacción y agradecimiento con todas las personas que hicieron posible regresar a nuestros jóvenes de bachillerato ese espacio de contacto con libros, autores, editores, expositores y librerías. Asimismo, sentí mucha alegría al ver la enorme participación de las y los estudiantes, que nos demostraron sus ganas de conocer e integrar a sus vidas contenidos interesantes y conocimientos que puedan ayudarles en su día a día.
Aprovechando el tema y como estamos a unos días de celebrar a nuestras niñas y niños, quiero invitar a padres y madres de familia, así como a mentores y familiares, a que consideren obsequiar libros y tiempo de calidad con nuestros pequeños para fomentarles el hábito de la lectura y del contacto cotidiano con los libros. Creo que es uno de los mejores obsequios que le podemos ofrecer a las generaciones del mañana, dado que es una herramienta indispensable para el crecimiento personal.
Decía Oscar Wilde que el único defecto verdadero del carácter era la falta de imaginación, porque solo desde la imaginación se podía amar y se podía crecer. Así que, queridos lectores: fortalezcamos nuestro carácter, nuestra capacidad de amar y conocer y nuestra imaginación a través de la lectura… Nos vemos en la siguiente ocasión.

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