BOLETÍN DE PRENSA No. 650 –>>

  • Las corridas de toros forman parte de la cultura y la historia de varios países del mundo.

La fiesta brava vive una crisis provocada por factores económicos e intentos de prohibición de las corridas por activistas de diferentes lugares, en este sentido algunos asistentes al Congreso Iberoamericano de Veterinarios Taurinos que se desarrolla en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, manifestaron su preocupación por estos embates a la tauromaquia que es una tradición histórica.

Miguel Gutiérrez Botero, Ganadero y Veterinario Colombiano mencionó que existe una falta de información sobre la fiesta brava que refleja una manifestación cultural arraigada en diferentes países, pero que también representa una actividad económica que ofrece opciones de crecimiento y empleo, por lo que es necesario que se tenga respeto e independencia como  para cualquier otra disciplina.

Julián Rolando Téllez, tesorero de la Asociación de Veterinarios Taurinos expuso la necesidad de analizar todo el entramando económico que se da en torno a la Fiesta de los Toros, pues de esta manifestación dependen miles de familias que trabajan en las ganaderías, en la proveeduría de alimentos, maquinarias agrícolas y otros empresarios que se desempeñan alrededor de esta tradición.

En este sentido mencionó que resulta fácil para los políticos pedir la eliminación de las corridas, sin embargo, si se analiza desde el punto de vista del maltrato animal como lo han presentado en diferentes argumentaciones, es necesario también indagar en la otras actividades como la producción lechera, en donde los bovinos son sometidos a intensas ordeñas que también implican un tipo de maltrato, o  las granjas porcinas y la crianza de aves; entonces se vería que especie animal vive realmente en forma más digna; sin embargo sostuvo que existe mucha gente que habla sin conocimiento de causa respecto a este tema.

En su oportunidad Luis León Vizcaíno, catedrático de la Universidad de Murcia, en España coincidió en que la prohibición de la fiesta tiene implicaciones políticas más que éticas, sin tomar en cuenta que es necesario también el respeto a la historia, la importancia cultural y la belleza del toreo.

Comentó que proponer un tratamiento humanitario para los animales es un contrasentido, y que en ocasiones se ha llevado a extremos esta defensa de la naturaleza, sin embargo los activistas antitaurinos no han sido respetuosos de quienes disfrutan y gustan de la fiesta brava.

Finalmente mencionó que es difícil llevar un discusión con quienes se oponen a que continúe la fiesta Brava; pero debe también conocerse la importancia cultural de la tauromaquia especialmente en España.